Poseer un pene de dimensiones ciclópeas no garantiza la felicidad. Al menos ese es el consuelo que nos queda a todos los que la naturaleza nos ha tratado de una manera más racional que al pobre Jonah. Sus medidas genitales aberrantes (24 centímetros en reposo, 34 centímetros en erección) le han convertido en un personaje controvertido. Su perfil de Facebook no para de recibir invitaciones de amistad y no hay día que pase sin que nadie le proponga ganarse un dinerito extra sacando a pasear su pajarito (bueno, pajarraco), por no hablar de las suculentas ofertas que recibe continuamente por parte de la industria del porno. Pero Jonah Falcon, erre que erre. Él sólo quiere ganarse el pan de una manera decente, no por cuestiones de índole moral, sino porque no se ve practicando sexo en un plató ante un montón de gente. Será tímido, digo yo. El caso es que Falcon ha trabajado en series de televisión como Melrose Place, Los Soprano o Ley y orden, y ha participado en pequeños papeles en películas como 'Una mente maravillosa'. Sin embargo, cada vez le cuesta más conseguir un trabajo normal y corriente. La culpa la tiene, según él, la extraordinaria popularidad de su pene.
Jonah Falcon y su apéndice prodigioso.
A muchas personas les puede resultar un tanto difícil hacerse a la idea de lo que tienen que suponer tales desmanes en la vida de un ser humano, sobre todo cuando son motivados por algo que quita el sueño a tantos hombres: el tamaño del pene. Sin embargo, hay muchos hombres superdotados que, lejos de lo que pueda pensarse a priori, no son nada felices con las medidas de su miembro viril. Un conocido mío, aquejado de similar problema, tenía una vergüenza patológica a la hora de desnudarse en público, ya fuera en el gimnasio o la playa. Por no hablar de lo complicadas que eran sus relaciones sexuales...
En fin, desde esta 'Cama redonda' le deseamos a Jonah Falcon que pronto resuelva sus problemas laborales y personales. Qué mal repartido está el mundo, Señor.
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